BASURA BAJO LA ALFOMBRA

Por Richard Méndez

La última semana de concentración de la Vinotinto Femenina trajo consigo el destape de las inconformidades y reclamos que hoy lejos de ser silenciados se deberían atender y no dejarlo pasar como pensando que mientras menos se hable del asunto desaparecerá por arte de magia. Todo estalló cuando se jugaba el segundo amistoso frente a las uruguayas cuando desde la tribuna del Olímpico Sonia aprovechó y desde su celular describió  lo que estaba viviendo en ese momento, su declaración en redes sociales se corrió como la chispa en la pólvora encendida y mientras llegaba el gol de Deyna la gente viralizó la publicación de la internacional venezolana nacida en Canadá.

El reclamo de O´neill fue un tornado en la rueda de prensa posterior al partido y hasta la goleadora de la noche falló en la forma de manejar su declaración anticipada e impuesta sobre la jerarquía de la entrenadora. El asunto apuntaba a Pamela Conti que trataba de restarle importancia pero en cuestión de horas otras chicas se sumaron al comunicado, algunas exhibiendo sus reclamos y en otros casos más sutiles otorgaron con gesto de respaldo y aprobatorio con el famoso “like” con el que se suele apoyar a lo que se ve en redes sociales. Hubo jugadoras que incluso jugaron aquella noche en el gramado universitario ante las charrúas. 

La voz de una puede verse como una queja que tal vez apareció en un espacio diferente al esperado en un vestuario, pero cuando son varios los comunicados y muchos los respaldos en vía pública debemos entender que hay que intervenir seriamente sobre el tema porque ya no es un caso aislado. Puede ser el inicio de una rebelión donde por razones obvias hay las que siendo parte de la última convocatoria pueden estar priorizando seguir siendo llamadas para representar al país antes que rebelarse directamente.

Me queda muy claro que existe un problema de liderazgo dentro del seleccionado femenino y este no se está ejerciendo de la forma correcta ni desde el cuerpo técnico ni desde el vestuario, hay evidencia de un quiebre de relaciones puertas adentro y ya empezaron las voces disidentes. La solución nunca debe ser minimizarlo ni la solidaridad automática de uno u otro lado. La situación exige que se limen asperezas y se renueven las relaciones humanas y esto es algo que debe partir directamente desde la propia Federación venezolana de Fútbol.

Las relaciones entre jugadores y cuerpo técnico en cualquier equipo atraviesan momentos difíciles que hay que saber manejar y conducir a tiempo porque de lo contrario se van acumulando y no es solución ignorarlos ni ocultarlos, estos se vuelven como la basura que por pereza de limpiar al pasar la escoba se terminan escondiendo debajo de la alfombra y en algún momento habrá que levantarla y ya es demasiado y tarde para arreglarlo. El asunto se evita y se resuelve con liderazgo.

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