El Pequeño Samurái no ha perdido su espada

Por Mauro García Forti

El Gran Premio de San Marino de MotoGP, celebrado en el circuito de Misano, siempre ha sido muy especial para los pilotos italianos y sobre todo para Valentino Rossi, ya que esta pista siempre ha sido su templo debido a la cercanía con Tavullia, el lugar donde se crió. 

Como era de esperar, Rossi se sumó a la fiesta de la fanaticada que vibraba con los Bagnaia, Bezzecchi, Marini y Morbidelli, todos miembros de la VR46 Riders Academy y de Enea Bastianini, cuya ciudad natal está muy cerca del circuito. Sin embargo, además de los pilotos locales y el regreso de “El Doctor” al paddock, había otra causa por la que los espectadores esperaban tanto esta carrera, Dani Pedrosa estaba de vuelta. 

El tricampeón mundial español se subió de nuevo a su KTM para correr como “Wild Card” (piloto invitado) y, a pesar de que no estaba entre los favoritos al haber hecho solamente un test en el circuito con anterioridad, el catalán volvió a robarse el espectáculo como hizo en Jerez. 

Con su singular estilo de pilotaje, Pedrosa no dejó de marcar buenos tiempos en los entrenamientos y ya en la clasificación fue la referencia para pilotos como Marc Márquez, quien consiguió colar su Honda en la Q2 y no dudó en agradecérselo a su antiguo compañero de equipo. 

El de Sabadell destacó en la prueba colocándose en la quinta posición de la grilla, siendo el más rápido de las KTM a pesar de que Binder y Miller llevan todo el año compitiendo y están más habituados a las características de la moto. 

Tras varios meses sin disputar una carrera, “El Pequeño Samurái” se preparaba para afrontar una salida y en el Sprint no perdonó, tuvo una buena arrancada, presionó a un Bagnaia resentido de sus lesiones quedándose a milésimas del podio, toda una hazaña por parte de la leyenda viva. 

Dani llegó al box, en donde todo el mundo le aplaudía y abrazaba para felicitarle por su actuación, parecía cansado al bajarse de su RC16, pero la sonrisa de oreja a oreja apareció nada más se quitó el casco. El campeón se lo había pasado bien y todavía faltaba la carrera del domingo. 

Las luces del semáforo se apagaron al día siguiente y Dani volvió a hacer una de sus clásicas arrancadas, ganando una posición y manteniéndose detrás de las Ducati de Martín, Bezzecchi y Bagnaia. Brad Binder lo superó poco después, siendo el punto de referencia para Pedrosa para seguir el ritmo por el hecho de que sus perseguidores no podían con la velocidad de las KTM que rodaban en cuarta y quinta posición. No obstante, algunas vueltas más tarde, Binder se fue al suelo, dejando al catalán en cuarto lugar. 

Parecía que esa sería su situación de carrera hasta al final, pero de repente el veterano piloto aumentó el ritmo y comenzó a rodar varias décimas más rápido que la cabeza de carrera, acercándose peligrosamente a un Pecco Bagnaia que rodaba en tercera posición y que luchaba por no descolgarse de los dos primeros. 

La tensión aumentaba a medida que las décimas entre las Ducati y la KTM iban disminuyendo, ya en la imagen veíamos a Pedrosa muy cerca del grupo que lideraba la prueba. Martín y Bezzecchi apretaron y ganaron un poco de distancia, pero Bagnaia se quedó rezagado, llegando Dani a ponerse a tres décimas de diferencia. 

El público se volvía loco ante el posible duelo entre ambos, pero cuando todo parecía que el español cazaría al italiano, Bagnaia consiguió resistir el ataque y logró pasar tercero por la meta. 

Martín se llevó la victoria y redujo la distancia en el campeonato con Pecco, que ha demostrado mucho coraje corriendo delante de su público con una lesión tan reciente, defendiendo así su ventaja en la tabla. 

No obstante, de nuevo la atención se la llevó Dani, quien estaba muy contento por la cuarta posición luego de una actuación impecable durante todo el fin de semana, en donde ha demostrado ser muy rápido en la clasificación y a su vez que puede mantener un buen ritmo de carrera durante todas las vueltas, increíble para un piloto que lleva retirado cinco años. 

Ha sido toda una exhibición por parte del “Pequeño Samurái”, donde demostró que todavía tiene la velocidad a pesar de su falta de kilometraje y el motivo por el que es tan valorado por KTM en su rol de piloto de test, siendo una pieza clave para el enorme crecimiento de la marca austriaca en los últimos años. 

Tristemente, parece que este año no veremos más a Pedrosa, puesto que en la entrevista después de la carrera dijo que no habían planeadas más apariciones para esta temporada. Una lástima, pero las dos veces en las que corrió este año, el tres veces campeón mundial fue el que se robó todas las miradas, resumiendo todo esto en una sola oración. 

Habrá pilotos con más títulos o más victorias, pero Dani Pedrosa sólo hay uno. 

Foto Cortesía de KTM

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