¿Los deportistas están obligados a ser un ejemplo para la sociedad?

Por Leopoldo Carrasquero

Ese debate se abre poco, solo se asoma una rendija cuando un deportista se equivoca y lo acusan de no cumplir con ciertos estándares que la sociedad elige, pero para un padre y una madre, ¿Es realmente importante que una persona ajena, que solo se ve por TV o en un estadio sea un ejemplo?

Para bien o para mal, a los grandes atletas los vemos como una deidad, alguien terrenal, pero inalcanzable, su éxito, parece ser el nuestro, lo seguimos, nos alegramos, nos entristecemos de acuerdo a como lo vaya, pero olvidamos algo, que son al igual que nosotros, unos seres humanos, con errores con aciertos, con miedos dudas y a veces con una presión que para cualquiera de nosotros sería inmanejable.

Los deportistas pueden ser ejemplos en la sociedad, no tengan duda, pero también es importante considerar algunos puntos en cuanto a esa afirmación. Los atletas de élite suelen ser ejemplos de perseverancia, dedicación y trabajo duro. Su compromiso con el entrenamiento y su habilidad para superar obstáculos pueden inspirar a otros a seguir sus pasos y esforzarse por alcanzar sus metas.

Muchos deportistas promueven valores positivos como el trabajo en equipo, el juego limpio, la disciplina y el respeto hacia los demás. Estos valores pueden transmitirse a la sociedad y fomentar un comportamiento ético y deportivo tanto en el ámbito deportivo como en la vida cotidiana. De por sí, muchos de los padres inscriben a sus hijos en cualquier actividad deportiva para ir sembrando estos valores.

Algunos utilizan su fama y posición para generar un impacto positivo en la sociedad a través de donaciones, actividades benéficas y proyectos sociales, contribuyen a causas nobles y se convierten en modelos a seguir en términos de solidaridad y generosidad.

Todos estos aspectos le dan una función en la sociedad muy valiosa, pero son terrenales y hay que profundizar en este punto porque hay aspectos negativos que no podemos dejar de tocar. Aunque no se aplica a todos los deportistas, algunos han protagonizado conductas inapropiadas, escándalos o han estado involucrados en casos de dopaje, violencia u otras acciones que van en contra de los valores deportivos y de sociedad civilizada. Estas acciones pueden afectar su credibilidad como ejemplos positivos.

Los atletas de élite a menudo disfrutan de privilegios y beneficios que no están al alcance de la mayoría de las personas. Esta situación puede generar una desconexión con los desafíos y las realidades de la sociedad, lo que dificulta su papel como ejemplos genuinos. En un gran porcentaje, esta desconexión les pasa factura luego del retiro, cuando los flashes ya no se posan sobre ellos pueden caer en comportamientos erráticos y sufrir depresión.

La mayoría de las veces suelen enfrentar altas presiones y expectativas, tanto desde el ámbito deportivo como desde los medios de comunicación y los aficionados. Esto puede llevar a situaciones de estrés y conductas negativas, lo cual puede alejarlos de ser ejemplos de comportamiento saludable y equilibrado.

Si bien algunos deportistas pueden ser ejemplos positivos en la sociedad, no todos cumplen con esta condición. Es importante evaluar cada caso individualmente y no generalizar. La influencia de los deportistas en la sociedad dependerá de sus acciones, comportamientos y su capacidad de utilizar su plataforma para promover valores positivos.

Para los más pequeños, el ejemplo deben ser los padres, ya que ellos proyectan lo que somos, delegarle esa posibilidad a un atleta por muy importante que sea, no es lo más responsable a la hora de enseñar los valores del día a día en la sociedad. 

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