De Vuelta A La Normalidad

Por Mauro García Forti

Llegó el GP de Japón lejos de la tradicional fecha otoñal en octubre. Todo esto se debe al nuevo diseño de calendario para enlazar carreras que estén cercanas las unas de las otras, pero a pesar de que el clima era distinto al de costumbre, el espectáculo llegó igualmente.

Los apasionados fanáticos japoneses no faltaron a la fiesta, luciendo sus mejores galas. Gente vestida de pilotos, con el mono y hasta el casco, otros con sus clásicos sombreros con el DRS y por supuesto legiones de personas vistiendo los colores de su equipos favoritos. Por supuesto, Ferrari tenía su espacio al ser la escudería con más fanáticos, e incluso Fernando Alonso, que siempre ha sido muy querido en el país asiático. Pero el color predominante en las gradas era el azul de Red Bull, ya que son propulsados por Honda y tienen entre sus filas al héroe local, Yuki Tsunoda.

Y de hecho el motor nipón nuevamente ha sido una de las piezas fundamentales de este Gran Premio, porque si en Australia vimos que Ferrari estaba cerca y hasta disfrutamos de un cambio de colores en el podio con la victoria de Sainz que nos permitía soñar ligeramente con mayor igualdad, en Japón Verstappen volvió más fuerte que nunca.

El neerlandés aprovechó al máximo las actualizaciones que traía su equipo para ambos monoplazas para hacer la pole position por un pequeñísimo margen de sesenta y seis milésimas por delante de Checo Pérez, quien ha demostrado estar más cómodo con el coche tras este último paquete de mejoras y ha hecho una grandísima clasificación.

Norris sorprendió con su McLaren colocándose tercero delante del Ferrari de Sainz y del Aston Martin de Alonso, que luego de una vuelta mágica en su último intento en la Q3 coló el coche en quinto cuando parecía que no daba para más. Detrás del español quedaron Piastri, Russell, Leclerc, Hamilton y Tsunoda, que nuevamente derrotó a Ricciardo.

Mientras que en qualy seguimos teniendo una igualdad impresionante entre casi todas las escuderías, en carrera Red Bull y especialmente Verstappen nos dieron un baño de realidad con todas las letras. El tricampeón mundial dominó la prueba desde el principio hasta el final, manteniendo a raya a su compañero y consiguiendo la vuelta rápida de carrera, siendo esta su victoria número cincuenta y siete de su trayectoria deportiva en la F1.

Luego de una carrera sólida, Pérez completó el doblete de la estructura austriaca para de esta forma marcar distancias con Ferrari en el Campeonato de Constructores. Los italianos siguen maximizando sus resultados con otro podio más de Sainz después de pelear contra todos los equipos de la parte alta de la tabla y su compañero Charles Leclerc, quien pasó del octavo al cuarto puesto con una estrategia de una sola parada que funcionó a las mil maravillas gracias a una gestión perfecta de las gomas. Los de rojo fueron una vez más superiores a McLaren, quienes mordieron el anzuelo con la estrategia y su mejor resultado fue el quinto puesto de Norris.

Nuevamente Alonso rindió por encima de lo que pronosticaban las computadoras manteniendo detrás a Russell y Piastri pero otro que se llevó los aplausos y las ovaciones fue Tsunoda que terminó en los puntos en delante de su público por primera vez.

Esta carrera ha sido las más entretenida en lo que llevamos esta temporada debido a la variedad estratégica debido al asfalto abrasivo del Circuito de Suzuka y a la lucha cuerpo a cuerpo vista sobre el trazado nipón, pero también nos sirvió para recordar que lo que pasó en Australia fue la excepción y que por ahora en la Fórmula 1 la ley que se impone es la de Max Verstappen. 

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