EL CARAZO Y EL CARAJAZO

Por Richard Méndez

Un Táchira refugiado en los linderos de su área, aterrado cada vez que el rival tenía la pelota retrocediendo sin achicar demasiado y con un único plan de juego basado en el balonazo para saltar líneas y tratar de ganar algún espacio a las espaldas del club argentino. El campeón venezolano como el mayor representante de la Liga FutVe dejó en evidencia las distancias que hoy existen entre nuestro torneo local y lo que sucede en un campeonato como el argentino. 

Hace veinte años River Plate había pasado por Pueblo Nuevo y de aquella noche podría decirse que el club millonario salió ileso porque el equipo de Farías no pudo meterla pese a haberlo intentado toda la noche, incluso una pelota del “Pequeño” Rondón estremeció el larguero estando muy cerca de dar la merecida victoria del club andino. Era un Táchira con jugadores de la talla de Bidoglio, Rondón, Sanhouse, Panigutti, Guille Beraza, etc. Aquel carrusel llegó invicto a los cuartos de final eliminando a Nacional de Montevideo.

Pero es que en aquella época no fue solo Táchira, tambien el UAM que dirigió Rafa Santana le arruinó la última Libertadores que jugó Chilavert con Vélez Sarsfield comiéndose una goleada en el “Pachencho” Romero en una noche espectacular del “Torito” Cásseres y Rodrigo Riep. Los años siguientes el Caracas de Sanvicente también ratificó el avance de la liga venezolana y el respeto se había ganado en el continente.

Hoy nos vemos reflejados en decepcionantes noches de Copa donde esperamos algún resultado aislado que nos ilusione y con que algo está por cambiar, pero la realidad sigue siendo que hemos caído en la calidad del torneo y ya no podemos competir como antes. Venimos de malos resultados internacionales en los últimos tiempos y en 2024 se nos repiten las decepciones con equipos que no superan las rondas previas y por eso solo quedan Táchira y Caracas en fase de grupos. 

El nivel de la liga descendió y se evidencia en lo anormal de tener equipos que deciden en qué torneo participan, en que le deben a todos sus jugadores varios meses de salario y en la permanente mala gerencia de los clubes que llevan a la desaparición a instituciones que en el pasado fueron respetadas como modelo de gestión. Eso hoy está escaso en el FutVe y es difícil de levantar de nuevo.

Táchira no pierde solamente por el “carazo” de Boselli ni por el “carajazo” de Fonseca. Táchira pierde porque la liga perdió nivel y eso la llevó a verse sin competir ni en fases previas y por ahora comenzando mal en grupos. El respeto se gana pero si no se cuida se vuelve a perder.

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