LAS DOS VINOTINTO

Por Richard Méndez

Como el día y la noche fueron las dos versiones de la Vinotinto en solo unos pocos días desde lo exhibido en Chase Stadium a lo que se mostró en la visita al estadio de Houston Dynamo. El equipo del “Bocha” Batista había dejado una impresión bastante grata pese a caer ante los italianos, habiendo sido muy competitiva y generando muchas opciones que por falta de pegada no se hicieron efectivas. Contra Guatemala fue totalmente opuesto y el empate sin goles nos dejó la sensación de alivio porque se pudo perder.

Pasamos de la gran ocupación de espacios con el 5-4-1 visto en Florida ante los campeones europeos en los que se mostró sobrado equilibrio e intensidad al apretar en la salida del rival, herramientas que permitieron generar un penal y conseguir con prontitud el gol del empate obra de Machís. Apenas pasaron unos días y nos dimos cuenta que contra una selección que tampoco ha estado en la Copa del Mundo se nos atascaba la mitad de la cancha y perdimos con facilidad la tenencia de pelota para sufrirlo.

Es natural que el jugador a lo interno vea con más ganas enfrentarse a Italia que a los guatemaltecos, definitivamente estimula más un duelo tan exigente como hacerle partido a una selección que hemos visto ganar cuatro veces la Copa del Mundo de la FIFA. Para el futbolista es una gran oportunidad de lucir, de mostrarse y eso lleva a luchar cada duelo individual con mayor intensidad. Por todo esto más allá de caer 2-1 contra el equipo de Luciano Spalletti quedaron buenas sensaciones.

La tarde del domingo todos esperábamos un partido distinto en el que Venezuela fuese protagonista ante un rival que históricamente le hemos dominado y con el cual no se perdía desde hacía veinte años. La Intensidad no llegó a Texas y los chapines estaban dispuestos a ganarnos tomándose el partido con mucha seriedad, luchando cada duelo individual con la necesidad de una victoria. Nos dominaron por largos ratos y nos dejaron en evidencia muchas veces, entonces todo lo que se había elogiado días atrás no volvió a verse.

Dicen que el fútbol es también una colección de estados de ánimo y emociones que complementan el desarrollo en la medición de fuerzas y lo que vimos en la doble fecha con Venezuela tiene mucho de esto. Un gran rival te carga de ganas y deseos por jugar un partido mientras que el rival habitual lo enfrentas con menor intensidad. En la Eliminatoria no hay rival de menor o mayor intensidad y no se puede repetir lo que sucedió esta semana. Tampoco en Copa América hay rivales débiles y es imperante competir y que sea una sola versión de la Vinotinto, la que que es radiante y brilla con su fútbol. 

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