ELLAS SIGUEN SIN JUGAR

Por Richard Méndez

Como una fotocopia borrosa quedó la imagen de aquellos dos amistosos que jugó la Selección Mayor Femenina de Venezuela ante las uruguayas en el Olímpico de Caracas. La referencia de esos días de septiembre tienen el recuerdo del comunicado que emitió en sus redes sociales Sonia O’neill denunciando maltrato de parte de la seleccionadora Pamela Conti, situación que causó apoyos a la denunciante dentro y fuera del propio seleccionado. Hubo un tsunami que evidenció la crisis de liderazgo para resolver los problemas de convivencia que se pudieron evitar pero simplemente no sucedió.

Pasaron cinco meses de aquellos días de turbulencia en los que se declinó de participar en los Juegos Panamericanos de Chile a los que las chicas habían ganado con méritos el derecho a disputar el torneo. La excusa se argumentaba en las jugadoras que no fueron prestadas por sus clubes para incorporarse a la Selección y habría dificultad para estructurar un plantel competitivo. Tal vez hubiese sido una buena oportunidad para armar el grupo con algunas chicas de la Sub 20 antes de abandonar toda posibilidad de jugar. 

Llegó la fecha FIFA prevista para el fútbol femenino y las venezolanas se quedaron sin partidos en el calendario de febrero, ni amistosos, ni roce, ni módulo con la Vinotinto de mayores que ve pasar otra oportunidad para volver al trabajo que se desaprovecha nuevamente. Es bueno resaltar que al menos la Sub 17 femenina si ha estado trabajando en módulos ya que en marzo deben participar en el Sudamericano de Paraguay.

Al fútbol femenino le ha costado mucho poder conquistar espacios que en el pasado ni siquiera estaban a su alcance y hace muy poco lograron lo que tal vez era impensado en el pasado como llevar a una buena asistencia de público a los amistosos ante Uruguay. Ellas por razones obvias no tienen los recursos ni las estructuras que posee el fútbol masculino y para poder desarrollarse necesitan continuidad en la planificación para elevar su nivel en el continente. No se les puede dar la espalda porque entonces estaríamos echando a la basura lo que se ha avanzado. No podemos mirar para otro lado y olvidarnos de lo que han luchado las mujeres por desarrollarse en el fútbol, nuestra obligación es no dejar perder todo lo hecho hasta hoy.

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