EL SUEÑO SIGUE EN PIE

Por Richard Méndez

La obligación exigía el máximo de atención del combinado venezolano ante un rival que estando eliminado igual representaba una amenaza para la aspiración del sueño, y es que las razones son obvias siempre que se enfrentan Venezuela y Colombia lo amistoso se queda de lado y es nuestro clásico.  Atrás quedaron los ciento ochenta minutos donde la Vinotinto no supo sostener los resultados cediendo dos empates que aún pueden pasarnos factura en las cuentas clasificatorias. Venezuela debía ocuparse de Colombia en el Brígido Iriarte y sacar de cualquier manera el triunfo que permita llegar esperanzados a la última fecha de la ronda de grupos.

La madurez que pedíamos ante bolivianos y ecuatorianos llegó finalmente y desde el inicio fue un equipo vertical con manejo de pelota y ocupación de espacios que buscaba desde lo colectivo imponer condiciones y en lo individual librar duelos particulares en todos los sectores de la cancha donde la calidad se impuso en casi todos los compases. Telasco Segovia siempre en el plan del jugador diferente que por capacidad arrebata con facilidad el balón al rival y luego provocaba el movimiento ofensivo con la pelota limpia que siempre daba ventaja al compañero. Su liderazgo siempre era bien recibido por el grupo que se ajustó a sus movimientos.

La “Joya” David Martínez a quien finalmente pudimos disfrutar de su fútbol tras las dolencias que sufrió los últimos meses y tiró de repertorio desde la banda derecha marcando diagonales y probando a la distancia para sorprender a los neogranadinos. La pelota parada se convirtió en un arma letal cada vez que se encargaba de ejecutar un tiro libre y así hizo desde la primera oportunidad enviando un misil que impactó en la cara externa de la red intentando clavarla en el primer poste. Su actuación alcanzó el pico de rendimiento cuando levantó un tiro de esquina que fue directo a Bolívar que de cabeza remató para ajusticiar el dominio venezolano con el gol del triunfo. El colectivo funcionó y los cambios de Valiño sirvieron para ajustar y encaminar el triunfo que tanto necesitaba la Selección para mantener la ilusión del regreso a la cita olímpica. 

Brasil es el último obstáculo para alcanzar el primer objetivo planteado desde la preparación  realizada en el CNAR de Margarita. Venezuela llega viva pero sin margen de error ante el rival más fuerte del grupo. Esta es una de esas oportunidades que nos trae el fútbol para el crecimiento del jugador venezolano. No hay que mirar el escudo en la camiseta canarinha porque la historia no debe tener peso suficiente como para que nuestro deseo de ser protagonistas ceda su orgullo cuando el sueño sigue en pie. 

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