¿CÓMO NO TE VOY A QUERER?

Por Richard Méndez

Del puntazo en Brasil con el gol de Bello a la heróica noche de Maturín donde Soteldo mostró su mejor versión pintándole la cara a cuanto chileno se le puso por delante. Su actuación va más allá de las frías estadísticas donde se muestran las dos asistencias y un gol, lo de Yeferson fue magia pura en la goleada histórica sobre los australes.

El “10” Vinotinto aplicó la gambeta y la velocidad para sacar a pasear en más de una oportunidad a un histórico de la Roja como el bicampeón de América Gary Medel dejando retratada la zaga del equipo de Berizzo que desde la tontísima expulsión de Núñez pasó a ser un equipo desmoralizado que dejaba enormes espacios que fueron atacados con facilidad.

Rondón en su noche histórica cumpliendo cien partidos en el once nacional y lo festejó anotando el segundo de la noche en el mismo arco que anotó en el triunfo ante los paraguayos. Pensar que los expertos del teclado llevan meses pidiendo que se retire y no lo lleven más a la Selección, que bueno que el “Bocha” no actúa por popularidad de las redes.

En la defensa Vinotinto empezamos con Alexander González sumó otro atacante desactivado en los duelos por la banda donde ya venció a Luis Díaz y Vinicius Junior, esta vez el turno le tocó a Ben Bereton que perdió en los uno contra uno ante el lateral del Caracas. La pareja de centrales con Wilker Ángel y Yordan Osorio son un dúo que ha permitido apenas dos goles en las primeras cuatro fechas de la eliminatoria. Por la izquierda si se ha alternado entre Navarro, Mago y Makoún.

La mitad de la cancha en la recuperación es tal vez la más prolija  por amplitud de jugadores desde Yangel como el más valorado pasando por el “Brujo” Martínez, Rincón, Cásseres y Moreno. Luego está el grupo que actúa a los extremos donde están Savarino, Machís, Sosa, Bello y el mismísimo Soteldo.

Finalmente el abanico de delanteros que de a poco aportan a los que hace Salomón como Córdova y Josef Martínez. 

Todo el sentimiento y la ilusión que no cabe en el pecho es la misma que nos hace creer tras noches de fútbol como las que hemos vivido en este camino al Mundial 2026 que todo es posible, por eso digo: ¿Cómo no te voy a querer?

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