Pérez, en fuera de juego

Por Mauro García Forti

Luego de un interesante Gran Premio de Canadá, en el que por fin vimos cómo Fernando Alonso y Lewis Hamilton, ayudados por las mejoras de sus monoplazas, ponían bajo presión a Max Verstappen y nos daban un gran espectáculo hasta el final, nos demostraron que el trabajo en las fábricas ha dado sus frutos. 

Pese a todo esto, Verstappen se llevó la victoria, siendo este su triunfo número cuarenta y uno, igualando al legendario Ayrton Senna y aumentando su ventaja en el campeonato de pilotos.

Mientras la alegría y las celebraciones llegaban desde el garaje del neerlandés, en el box de al lado reinaba el silencio.

Checo Pérez no está en su mejor momento de forma, desde que en Mónaco estrelló su monoplaza en la clasificación, el mexicano parece haber perdido la confianza y lo cierto es que ha llevado a cabo unas actuaciones muy poco brillantes.

Con el mejor coche de la competición,  quedar entre los primeros es una obligación, ya que si un piloto quiere ser campeón del mundo, los puntos serán vitales para lograr el objetivo final.

Lo cierto es que aquella versión tan competitiva de Checo a principios de temporada ha desaparecido totalmente, dejándonos una débil versión que ya lleva tres carreras seguidas sin clasificar entre los diez primeros. Para empeorar la situación, su compañero ha estado soberbio en estas tres pruebas, ganando y aportando muchos puntos para la escudería, cosa que no ha pasado desapercibida para los directivos del equipo, los medios de comunicación y, especialmente, los fanáticos.

A estas alturas, la lucha con Verstappen está casi acabada. Sesenta y nueve puntos los separan y por detrás, Alonso y Hamilton se acercan en la tabla con el asturiano solamente a nueve puntos después de que en el último Gran Premio Pérez sólo pudiese ser sexto en una carrera en la que no pudo con el ritmo de los dos Ferrari.

Es un momento crítico para Sergio, que seguramente ahora ejercerá el rol de escudero, pero que deberá demostrar que merece seguir en el segundo asiento de Red Bull, ya que la amenaza de un Daniel Ricciardo que espera su momento para regresar a pilotar a tiempo completo para la escudería austriaca podría dejarnos sin representación latinoamericana en la Fórmula 1.

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