Dos semifinales de infarto bajo el cielo de París

Por Mauro García Forti

Ya casi estamos, en unas horas tendrán lugar las semifinales del cuadro masculino de un Roland Garros que ha estado marcado por la ausencia de Rafael Nadal, pero en el que no ha faltado el buen tenis.

El camino ha sido largo y luego de dos semanas de torneo, sólo cuatro aspirantes siguen en pie. Pero si algo cabe destacar, es que cada uno de los contendientes tiene una cuenta pendiente con el torneo.

La primera de las dos semifinales tendrá lugar entre el número 1 del mundo, Carlos Alcaraz y el serbio Novak Djokovic, que ahora mismo ostenta el número 3 del ranking. Seguramente el plato fuerte del día, en el que el futuro y el pasado y presente se enfrentan una vez más.

Alcaraz ha llegado hasta aquí como una auténtica apisonadora, derrotando en tres sets a un peso pesado como Stefanos Tsisipas en los cuartos de final y dejando muy buenas sensaciones para este partido. Djokovic por su parte, sufrió un poquito más para eliminar en cuartos a Karen Khachanov, pero como el grandísimo jugador que es, una vez se sintió cómodo sobre la cancha no hubo ninguna oportunidad para su rival.

En este partido ambos tenistas tienen un objetivo claro. Alcaraz, “heredero” de Nadal como muchos dicen, buscará llegar a la final del Abierto francés por primera vez en su corta carrera y llevarse su segundo torneo de Grand Slam, reclamando así la corona que Nadal por lesión no ha podido defender. Por otra parte, “Nole” buscará llevarse su tercer grande sobre polvo de ladrillo y de lograrlo se convertirá en el  tenista masculino con mayor número de Grand Slams.

Mientras que en esta semifinal el objetivo principal de estos rivales podría decirse que es la gloria, en la otra semifinal, que la disputarán el alemán Alexander Zverev y el noruego Casper Ruud se podría decir que la redención es lo que buscan ambos tenistas.

Zverev en la ronda anterior eliminó al argentino Tomás Martín Etcheverry mostrando un grandísimo tenis y probando que el cañón de su brazo derecho está más afinado que nunca. Esperemos que esos misiles del alemán funcionen, porque se enfrenta a un Ruud que ha demostrado en este torneo una solidez y una templanza increíbles, siendo un verdadero muro ante los ataques de sus rivales como ya demostró en la ronda anterior ante el prometedor joven danés Holger Rune.

El año pasado ambos jugadores también llegaron a las semifinales, no obstante, tendrían historias muy diferentes, Zverev tuvo que retirarse del emocionante partido que tuvimos entre él y Nadal por una lesión de tobillo que terminó su año tenístico. 

Ruud por su parte logró llegar a la final, pero allí Rafa lo arrolló, ganándole en tres sets en un partido en el que el de Oslo no pudo responder en ningún momento al rey de la tierra batida.

Por esta razón, ambos tenistas tienen asuntos que resolver en París, Alexander buscará jugar la final por la que su tobillo no le dejó luchar y Casper tratará de llevarse el torneo que el año pasado no pudo conquistar.

Cuatro caminos y cuatro motivaciones muy distintas por las que levantar la Copa de los Mosqueteros, pero si una cosa está clara es que pase lo que pase en los duelos de la Phillipe Chatrier, la diversión y el tenis de calidad están asegurados.

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