Lezama: un legado que jamás olvidaremos

Por Leopoldo Carrasquero

A los 104 años nos dejó Jesús Lezama, el fanático número 1 de los Leones del Caracas (escúchese bien) toda su historia, un fanático que no le fue indiferente a nadie, cualquier fanático de la LVBP  sabía quien era “Chivita”, víctima y victimario de las bromas propias del beisbol venezolano es algo más que un ícono para la LVBP. Fue el ejemplo de tenacidad para cualquier fanático de cualquier disciplina en el deporte. 

Nacido en Tucupita, dato no por todos conocidos, se mudó a Caracas y posó sus ojos en el Cervecería Caracas tras el boom del Campeonato Mundial de 1941, un equipo que despertaba admiración por su equipo basado en el “puros criollos”; y que junto al Magallanes se volvieron los más tradicionales del beisbol venezolano. Con la creación de la liga Profesional 5 años después, aumentó la pasión por la pelota y Lezama estuvo allí. 

A “Chivita” lo solía acompañar su corneta característica, luego sumaría el guante y la bandera. Dijo una vez que se le ocurrió porque los fanáticos del Magallanes tenían una sirena y los del Caracas no tenían nada, con una corneta de pera y la rivalidad de por medio con los “turcos”, así comenzó todo.

Describir el legado de la Lezama en la historia se vuelve cuesta arriba porque no solo se puede decir que fue solo un fanático, es una testigo célebre de la historia del beisbol, ha presenciado de absolutamente todos los logros de la organización Caracas BBC, que celebraron en el pasado campeonato 80 años y se despidió viendo a su equipo ganar el ansiado título 21, a los que se suman 2 series del caribe. Justo en la Serie del Caribe fue el adiós con los fanáticos que le cantaron cumpleaños. 

Lezama jamás se le escondió a la prensa y con tanta historia siempre se le preguntó cuál había sido su momento más feliz, y sin dudarlo decía la serie del Caribe alcanzada en 1982. Esa fue la primera para el club y vino después que el Caracas logrará algo inédito para la liga en ese momento, un tricampeonato. 

El béisbol fue su terapia, su modo de vida y su pasión, eso nos seguirá despertando admiración. Espero que tanto la Liga como el Club de sus amores le rindan los merecidos homenajes y que en principio el campeonato siguiente lleve su nombre, ya que su legado será imposible de igualar, no solo en el béisbol, o en Venezuela, sino en el deporte a nivel mundial.  

Desde Tribu Deportiva solemos destacar la pasión de un fanático y Jesús “Chivita” Lezama, siempre será el número 1.

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