Nike, origen e historia de un referente mundial del running y de la cultura sneaker

Por Kate Carter

Desde zapatillas capaces de batir récords hasta equipamiento olímpico, a través de equipos de atletismo y publicidad en internet, el logo de Nike está por todas partes. Sin embargo, aunque parezca increíble, su historia comenzó, con pocas expectativas, con un trabajo de la universidad. En 1962, el corredor universitario Phil Knight, que terminaba su MBA en Stanford, elaboró una tesis sobre la introducción de las empresas japonesas de calzado en EEUU. No era un momento de éxito evidente: la Segunda Guerra Mundial formaba parte de la historia reciente y la hostilidad hacia Japón continuaba. Por eso, cuando Knight voló a Japón para convencer a una empresa para importar sus zapatillas, debió de parecer una locura.

Ese fue el origen de Nike o, más bien, de su precursor, Blue Ribbon Sports. Knight importaba zapatillas ‘atléticas’ de Onitsuka (que después pasaría a convertirse en Asics) y no las vendía con ayuda de maravillosas campañas con famosos, sino que lo hacía desde el maletero de su coche, pagado con dinero que le había prestado su padre, ya desesperado. Pero si la autodenominada ‘idea loca’ de Knight parecía una imprudencia para la mayoría, a Bill Bowerman no se lo parecía. El legendario entrenador había preparado a Knight en el equipo de atletismo de la Universidad de Oregón y este conocía muy bien su obsesión por las zapatillas de correr.

“Bowerman hurgaba constantemente en nuestras taquillas y nos robaba el calzado”, recuerda Knight en su autobiografía, Shoe Dog. “Se pasaba días descosiéndolas y volviéndolas a coser, y nos las entregaba con alguna modificación, que o bien nos hacía correr como auténticos ciervos o bien nos hacía sangrar. Él nunca paraba… Siempre tenía algún nuevo diseño o sistema para nuestras zapatillas”.

Nike, pero Bowerman fue un innovador del diseño y de más aspectos. En 1967 publicó un volumen un tanto escaso titulado Jogging. Su mensaje era muy simple: si tienes un cuerpo, ya eres un atleta. Se vendieron millones de ejemplares. Poco después, en palabras de Knight, “correr ya no era solo cosa de bichos raros. Ya no era un culto. Era casi… ¿guay?”

“Casi guay” pronto se convirtió en “muy guay”, en gran parte gracias a un utensilio de cocina. Una mañana de 1971, durante el desayuno, Bowerman reflexionaba sobre el equilibrio perfecto entre el rebote y el agarre. Su mirada se posó sobre la rejilla de la gofrera de su cocina. Entonces, se la llevó al garaje y la rellenó con una mezcla de productos químicos y la acabó rompiendo. Pero Bowerman no se rendía fácilmente. Tras varios experimentos, consiguió su suela con el grabado de un gofre. La cosió a un par de zapatillas de correr y se las dio a uno de sus corredores, que corrió como un rayo.

La primera zapatilla de Nike salió de una gofrera

Así nacieron las Waffle Trainer, que más tarde fueron apodadas como “las zapatillas lunares” porque las huellas que dejaba eran muy similares a las que dejaron en la superficie lunar los astronautas del Apolo XI. Se hicieron doce pares de este prototipo para los corredores de las Olimpiadas de 1972. Un año después salió a la venta una versión comercial mejorada y en 1974 ya se había ganado una reputación como la zapatilla para entrenar favorita de América. Su estatus en la historia del running es tan notable que, en 2019, un par de aquel prototipo de Waffle sin estrenar se vendió por casi 500.000 dólares en una subasta.

Sin embargo, las Waffle no son una simple anécdota en la historia del running: también fueron de las primeras zapatillas deportivas que traspasaron la barrera de la funcionalidad para llegar a la moda. Tenían un tacto diferente y un diseño totalmente distinto. “Totalmente innovador”, recuerda Knight. Entonces, su genio innato del marketing descubrió algo que iba a cambiar el rumbo de Nike para siempre. “Viendo la evolución de las zapatillas, que pasaron de ser un accesorio popular a un elemento cultural, se me ocurrió una idea: la gente podría llevarlas a clase, a la oficina, al súper y durante su vida cotidiana…”.

Entonces Knight dio la orden: las fábricas empezaron a hacer las Trainer en azul, que pega más con los vaqueros. Una idea simple y tan obvia en retrospectiva. Pero podría afirmarse que ese fue el momento en el que realmente empezó a ponerse de moda la ropa de running. Poco después, la superestrella de Hollywood Farrah Fawcett fue fotografiada haciendo skate con un par de Nike Cortez, otra de las zapatillas de running de Nike que se caracterizaba por “tener gran absorción del impacto en el talón”. Lo que llevaba Fawcett se ponía de moda de inmediato y Nike se convirtió en un nombre muy conocido.

La llegada de las cámaras de aire a las zapatillas de Nike: ¿para qué sirven?

El Waffle, con una suela única que combina el agarre con el rebote, fue un cambio en el diseño de las zapatillas de correr. No mucho después, llegó otro cambio revolucionario. En 1979, Nike sacó a la venta las Tailwind, anunciadas como “las zapatillas con aire, que contaban con unas cápsulas de aire en la entresuela”. Desarrollada por un antiguo ingeniero de la NASA, Marion Frank Rudy, la tecnología del aire sustituye las tradicionales suelas de EVA por cápsulas rellenas de gas. A diferencia de las zapatillas actuales Nike Air, esas cápsulas de aire no estaban diseñadas para que fueran visibles. Eso vino con las Nike Air Max 1, en 1980, pero con las Tailwind nació este nuevo concepto de amortiguación.

Las Tailwind (que a los corredores les encantaron, pero sufrieron algunos problemas técnicos) dieron lugar a las zapatillas ultraligeras de maratón Eagle y, en 1981, a las Mariah, las primeras zapatillas de asfalto que incluían la Air-Sole, “canales de gas a presión encapsulado en una mediasuela poliacolchada, que proporciona una almohadilla de ‘aire’ y que absorbe y redistribuye la energía generada en cada pisada”. Aunque las Mariah y su tecnología tuvieron éxito, en un mercado limitado de atletas serio, el auge del running no parecía disminuir.

La historia de las Nike Pegasus, el ‘caballo alado’ más popular del running

Claramente se necesitaban unas zapatillas para el gran público. Entonces, en 1982, el catálogo de Nike ofreció un nuevo diseño por 50 dólares (unos 46 euros), pensado para el mayor número de corredores posible. Estas zapatillas incorporaban una “cuña de aire” en el talón, donde el corredor más lo necesita, que “mejora la absorción del impacto en un 12% con respecto a la cuña de EVA”. ¿Cuál es el nombre de las zapatillas? Pegasus.

Cuatro décadas después, las Pegasus siguen siendo uno de los pilares más importantes de la gama de running de Nike, con unas ventas superiores a las de las líneas completas de algunos de los competidores de Nike. Desde que se introdujeron, más de 160 millones de pares del “caballo de batalla con alas” han volado por todo el mundo: las GX de 1985 o aquellas más robustas y maximalistas de principios de los 2000, o incluso su primera versión de trail en 1991.

Mientras que otras zapatillas de running han ido y venido, las Nike Pegasus se han mantenido como las favoritas de muchas generaciones de corredores al proporcionar más velocidad, más amortiguación o, incluso, más sensación de comodidad que muchos modelos y, sobre todo por su longevidad en el asfalto. Como decía el primer anuncio de Pegasus, “nunca tantos tendrán tanto por tan poco”.

Nike y sus colaboraciones: el factor X

La innovación tecnológica en el mundo del running, siempre buscando mayor velocidad, con más rebote y con más capacidad de respuesta, ha sido tejida por el ADN de Nike, por el propio Bowerman. Pero el talento de Nike siempre ha sido combinar la innovación con el marketing provocador, además de trabajar con algunos de los nombres más importantes del running. Desde que los jugadores de béisbol empezaron a aparecer en las cajetillas de tabaco a finales del siglo XIX, muchas empresas han firmando cheques a los atletas por sus colaboraciones. Nadie puede afirmar que Nike inventó el patrocinio con atletas, pero es innegable que la marca ha renovado este tipo de relación comercial.

Curiosamente, el primer fichaje de Nike no fue un corredor, sino una estrella del tenis: el legendario tenista rumano Ilie Nãstase. Sin embargo, el segundo atleta fue más relevante: el alumno estrella de Bowerman y una leyenda del atletismo estadounidense Steve Prefontaine. A pesar de que su vida acabó trágicamente a los 24 años, a Pre se le venera todavía hoy. Knight describe su espíritu como “la piedra angular del alma de esta empresa”, y ha bautizado en su honor un edificio de la sede corporativa de Nike en Oregón. Lo que Pre le aportó a Nike es lo más valioso: la moda. Desde ese momento, Nike también ha tenido en cuenta la opinión de los atletas, retocando constantemente los diseños para adaptarse a sus necesidades y guiar su búsqueda hacia unas zapatillas de correr más rápidas y cómodas.

A finales de los 70, las atletas femeninas estaban cada vez más frustradas, ya que en las Olimpiadas seguían sin organizarse para ellas carreras más largas de los 1.500 m. En 1979, la maratoniana con récords mundiales Jacqueline Hansen creó, junto a otras atletas, incluida la atleta de Nike Joan Benoit, el International Runners Committee (Comité Internacional de Corredores) para presionar a favor de la inclusión.

Nike apoyó esta campaña con anuncios a página en revistas de atletismo en los que se reivindicaba un maratón olímpico femenino. A pesar de la resistencia, los esfuerzos dieron sus frutos, y en 1984, en las Olimpiadas de Los Ángeles, se añadieron al programa femenino los 3.000 metros junto con el maratón, que ganó Benoit. Apoyar estas campañas es una forma segura de conseguir publicidad, pero es innegable que la influencia de Nike ha ayudado a impulsar el cambio en el mundo del running y en el resto de los ámbitos.

En 1995, una de las primeras campañas Just Do It mostraba al fondista Ric Muñoz corriendo por senderos impresionantes y compartiendo su kilometraje semanal y sus 10 maratones anuales. Al final es cuando llega el mensaje impactante: es seropositivo. Los activistas del sida aplaudieron el anuncio, asegurando que ayudaba a eliminar el estigma de esta enfermedad.

Nike y su estrecha relación con los corredores

En 1992, Knight contó a un periodista: “Desde el principio todo el mundo entendió que Nike era una empresa de zapatillas de correr y que la marca representaba la excelencia en el atletismo. Era un mensaje muy claro y Nike tuvo mucho éxito”. Con el cambio de milenio, Nike no era una simple empresa de zapatillas: era un mastodonte del deporte, una gran potencia del marketing. Podría afirmarse que este cambio fue el que lo separó de su mercado original.

Tal vez fue una sensación de Nike –la necesidad de reconectar con sus raíces– la que propició una inversión en actividades de atletismo desde el principio del año 2000. Nike siempre ha estado presente en las carreras de las grandes élites, pero organizar sus propias carreras facilitó tratar con los corredores de forma directa y apoyarlos. Desde 2001 hasta 2008, las carreras londinenses retaban a los corredores a ‘ser nocturnos’ y ‘a correr un año’, mientras que durante 2013 y 2014 la serie de carreras We Own the Night, solo para mujeres, se extendió por muchas ciudades europeas. Además, Nike llegó a conectar con corredores no solo en el mundo real, sino también en el virtual, con el lanzamiento de la aplicación Nike Run Club en 2010. Desde entonces ha habido más de 75 millones de descargas, 1.600 millones de carreras iniciadas y 48 millones de usuarios únicos.

Al mismo tiempo, la firma empezó a buscar y a apoyar equipos de atletismo urbanos con una demografía más diversa que la de los clubes tradicionales. Desde Run Dem Crew en Londres hasta NBRO Running en Copenhague o Black Roses en Nueva York, los clubes atrajeron a nuevos corredores que no se habían sentido identificados con el deporte antes. Con ellos empezó a cambiar de nuevo la imagen y la percepción de las carreras populares.

Nike y su objetivo de hacer las zapatillas más rápidas

Una de las relaciones más largas en el mundo del deporte es la de Nike con Paula Radcliffe. La atleta, ex récord mundial de maratón, empezó a colaborar con Nike en 2000, y participó de forma activa probando y evolucionando las zapatillas: “Alrededor de 2001 y 2002, empezamos a trabajar en las Zoom Marathoner”, comenta Radcliffe, “así que pude diseñar la zapatilla perfecta para mí. He sido sincera. Incluso he dicho alguna vez “‘no me gusta’, y esa opinión se ha tenido en cuenta y se ha actuado al respecto”.

Esas zapatillas ayudaron a Radcliffe a batir el récord del mundo con un margen increíble en el maratón de Londres de 2003, con una marca de 2:15:25 h, con la que redujo 3 minutos su marca anterior. Era el epítome del modelo Nike: hacer unas zapatillas para el corredor más rápido del mundo y luego ofrecérselas al resto de corredores. Después de todo, ¿quién no quiere correr con las zapatillas más rápidas del mundo?

Seas aficionado o de élite, mejorar es el objetivo común, y si la tecnología puede ayudarnos a conseguirlo, se venderá. Hoy en día es usual que los lanzamientos de zapatillas estén llenos de datos y cifras de cómo pueden mejorar tu economía o disminuir la fatiga. Ya en 1981, las Nike Mariah fueron las primeras zapatillas que se comercializaron utilizando la ciencia y las pruebas de laboratorio. De hecho, el catálogo de Nike de 1985 decía: “Las pruebas demuestran que correr con las Mariah reduce el gasto energético en un 2%”.

Hoy en día, Nike tiene sus propios laboratorios e instalaciones de pruebas. Tony Bignell lleva más de veinte años trabajando en Nike, diez de ellos como vicepresidente de innovación en calzado. Se ríe cuando describe el Centro de Innovación LeBron James de Nike, uno de los mayores laboratorios de investigación científica deportiva del mundo. “Esta mezcla de soñadores creativos de tantas disciplinas diversas se centra en el objetivo tan sencillo de escuchar y servir a nuestros atletas”. Cuando la excelencia individual se une es cuando se produce la magia de Nike. “Creo que lo bonito es cuando todo el mundo puede escuchar al atleta”, comenta. “La misión es muy sencilla: mejorar a los atletas y mejorar el mundo para los deportistas. Eso es lo que pretendemos”.

Esta era la esencia que inspiró el proyecto Breaking2: la idea no era simplemente crear unas zapatillas que ayudaran a los atletas a correr más rápido, sino proporcionar una métrica real y mensurable de éxito y fracaso. Aunque el récord mundial de maratón avanzaba poco a poco, seguía estando bastante por encima de las dos horas. Para rebajar esos minutos, se necesitan unas zapatillas espectaculares. En realidad, se tendrían que reinventar y se necesitaría un corredor perfecto para probarlas y luego correr con ellas. Por suerte, Nike ya lo había encontrado.

Desde su habitación en Iten (Kenia), Eliud Kipchoge se entrena para lo que será otro récord mundial en Berlín. “Tengo que decir que ha sido un viaje tremendo”, afirma. “Llevo 19 años con Nike, pero los mejores momentos han sido durante los últimos diez años, cuando he estado realmente implicado dentro de la empresa, probando las zapatillas y la ropa. Estoy muy contento de participar en este trabajo, de todo corazón. Cuando empezamos [el proyecto sub-2:00], era muy pequeño, pero luego se amplió y donde estamos ahora puedo decir que es un cambio de juego”. En todo caso, se queda corto, las Vaporfly, y después las Alphafly, han cambiado la historia del running, llevándolos a conseguir récords y más récords mundiales oficiales, y a romper la barrera de las dos horas.

No obstante, ha sido un largo viaje. El proyecto comenzó en el año 2014 con un primer prototipo: una zapatilla sin talón y con una placa de fibra de carbono. Los corredores de prueba las odiaron. En 2015, se añadió espuma: un enorme montón de esa espuma superligera que suele utilizarse en el aislamiento de los aviones, a la que llamaron ZoomX. Integrada en la espuma había una placa de fibra de carbono. En Kenia, Kipchoge daba su opinión: “Me pruebo las zapatillas, envío mi valoración sincera, y otra vez, y es un camino interesante… ¡un recorrido feliz!”.

El intento original de Breaking2 en el circuito de Monza (Italia) en mayo de 2017 terminó en un ‘fracaso’: Kipchoge corrió en 2:00:25 h. Pero en 2019, la barrera ‘imposible’ la rompió en Viena al marcar 1:59:40 h mientras llevaba el prototipo Alphafly, con dos AirPods bajo la suela. Después, en septiembre, se calzó las últimas Nike Alphafly para recortar 30 segundos su récord mundial oficial de maratón, en Berlín con un tiempo de 2:01:09 h.

El futuro de Nike

Teniendo en cuenta el tiempo que Breaking2 llevaba en funcionamiento antes de que supiéramos nada de él, uno se imagina a un grupo de diseñadores encerrados en un laboratorio secreto de Nike trabajando en el siguiente gran salto. “Todas estas cosas cambian constantemente. El hecho de que hayamos desarrollado tanto tiene mucho que ver con la protección de los músculos”, afirma Bignell.

El próximo gran objetivo de Nike suscita una respuesta sorprendente en Bignell. Podríamos esperar que hablara de más récords, pero no. “Pasamos mucho tiempo diciendo: ‘¿Cómo se puede ayudar a un Kipchoge?’, pero también: ‘¿Cómo se puede ayudar a mi madre a dar la vuelta a la manzana con su perro?’. Solo quiero que la gente se mueva”, afirma.

También plantea una idea que podría irritar a los más puristas del running. “Las bicis eléctricas son geniales porque siempre hay una razón para no ir en bici, pero las eléctricas te lo ponen fácil. Me encantaría llegar a eso en el running. No para competiciones, sino para que todo el mundo se mueva”. ¿Zapatillas autopropulsadas? Suena a ciencia ficción, pero en 1972 las placas de fibra de carbono habrían sonado igual. “Si no vas al límite y no fracasas, nunca aprenderás”, asegura.

Para Kipchoge, parte del sueño es encontrar formas de facilitar a la gente la incorporación del running en sus vidas. “Nuestra idea es que la persona se recupere muy rápido, tanto si corre el maratón en cinco, cuatro como en tres horas, y que mañana pueda dedicarse a su vida sin ningún dolor. El objetivo, personalmente y con Nike, es la longevidad. Queremos gente que corra durante 10, 15, 20 años o más, y que disfrute de sus carreras cada día. Quiero trabajar con Nike para difundir el evangelio del running”, declara. “Siempre digo que la verdadera libertad en la vida está en el running”.

Es un mensaje que resonará en todos nosotros, y sea cual sea el logotipo de las zapatillas que elijamos, le debemos algo a Nike por su participación en la creación del mundo del running que nos rodea. Dentro de otros 50 años, podemos estar seguros de que ese mundo habrá evolucionado de formas que aún no podemos imaginar. Y también podemos estar seguros de que Nike habrá participado en darle forma.

La historia de Nike, en datos

1964 – Knight y Bowerman crean Blue Ribbon Sports con 1.200 $en el banco. Vendían zapatillas en una furgoneta.

1972 – Blue Ribbon Sports renace como Nike, una decisión de última hora (la opción preferida de Knight, Dimension Six, fue vetada).

1973 – Steve Prefontaine se une a Nike. Recibe 5.000 $ al año y una tarjeta de visita como director nacional de asuntos públicos.

1974 – Las Waffle son la primera patente, con el n.º 3.793.750, por su “suela mejorada” y “laterales planos” que mejoran la tracción.

1979 – Nike introduce su tecnología patentada Air con las zapatillas Tailwind. Fue el pistoletazo de salida a la amortiguación como diseño.

1980 – Nike completa su Oferta Pública de Venta (OPV) con 22 $ por acción. En el momento de la impresión, el precio es 98 $.

1983 – Carolyn Davidson cobró 35 $ por diseñar el swoosh en el año 1971, y un anillo de oro y acciones de Nike por valor de 640.000

1987 – Aparece el anuncio de Nike para las zapatillas Air Max, que utiliza la canción Revolution, de los Beatles.

1988 – Se lanza la primera campaña Just Do It, con Walt Stack, de 80 años, que cruza corriendo el puente Golden Gate.

1990 – Se abre la primera tienda minorista de Nike, Niketown, en Portland (Oregón). Ahora hay más de 1.000 tiendas por todo el mundo.

1991 – Nike instaura códigos de conducta en sus fábricas para evitar las situaciones de precariedad.

1993 – Nike lanza su campaña Reuse-A-Shoe, para que los consumidores puedan dejar zapatillas usadas en contenedores en las tiendas.

1994 – Forrest Gump recorre América con unas Nike Cortez. Los ingresos de Nike llegan a 3.800 millones de dólares

1998 – Nike aumenta la edad mínima de sus trabajadores y adopta normas de aire limpio en las fábricas.

1999 – En junio, a los 88 años, Bowerman se retira del consejo de administración tras 31 años. Fallece en el mes de diciembre.

2012 – Nike emplea a más de 44.000 personas en todo el mundo. En la actualidad, cuenta con 73.000 empleados.

2014 – Nike está valorada en 19.000 millones de dólares. Es la marca deportiva más valorada, según la lista Forbes.

2018 – Nike presenta su campaña Dream Crazy, con el atleta y activista Colin Kaepernick.

2022 – Nike celebra su 50 aniversario. En octubre, la marca está valorada en 166.000 millones de dólares

Foto: Nike

Fuente: www.runnersworld.com

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