VERSTAPPEN NO FALLA

Por Mauro García Forti

Canadá le dio una bienvenida a la Fórmula 1 pasada por agua, era jueves y lo que más destacaba en las redes sociales de los equipos y los pilotos fue la fuerte tormenta eléctrica que se desató en el cielo de Montreal e inundó la pista.

Llegó el viernes y había una cosa clara, Red Bull mandaba en el cronómetro, liderados por un Verstappen que volaba por el asfalto del Circuito Gilles Villeneuve.

Ferrari no estaba lejos, pero la noticia de que Leclerc cambiaba motor ese fin de semana y tendría que salir último, dejaba como claro favorito al joven campeón neerlandés.

Llegó el sábado y la lluvia volvió a hacer acto de presencia para revolucionar el orden en la parrilla.

Si hay algo que provocan estas condiciones climatológicas es que las diferencias de rendimiento de los coches se reduzcan. Y fue Fernando Alonso el que demostró que, con el asfalto mojado, las manos del piloto pueden marcar la diferencia.

Con un Alpine que marchaba con un ritmo muy bueno en las sesiones de Libres del viernes, el asturiano lideraba los Libres 3 y se postulaba como candidato a dar la sorpresa en la Clasificación.

Ya en la sesión clasificatoria, el asfalto resbaladizo y las condiciones cambiantes plantearon un gran reto para los pilotos, que se peleaban para marcar un tiempo de vuelta que les permitiera estar más cómodos para la siguiente ronda de la clasificación antes de que cualquier incidente pudiese perjudicarles.

Terminaba la Q3 con Sainz y Verstappen peleándose por la pole position. Los dos rivales rodaban casi en la misma décima, pero el holandés con un pilotaje sin errores cazaría el primer cajón en la salida tras un fallo en la última curva de Sainz, que no sólo le costaría la pole, sino también la primera fila. Puesto que segundos después, Alonso cerraba una vuelta espectacular que lo llevaba a esa línea de la parrilla diez años después de que lo hiciera por última vez en el Gran Premio de Alemania de 2012.

Sin embargo, en la carrera la lluvia desapareció y la alegría al bicampeón español no le duró mucho.

Cuando marchaba tercero, tuvo mala fortuna con los Virtual Safety Car para efectuar su parada y en la vuelta 20 reportaba problemas en el ERS (Sistema de Recuperación de Energía) lo que lo hacía perder mucho tiempo en las rectas. La lucha por ese posible podio se le escapaba de las manos y se vería forzado a luchar para no caer de los puestos de puntos. Finalmente cruzaría séptimo la línea de meta y una sanción de 5 segundos le relegaría a la novena posición.

Por delante, el duelo entre Verstappen y Sainz se mantenía en calma, con ambos corredores controlando la distancia entre ellos. No obstante, los abandonos alteraron el orden establecido por las activaciones del VSC.

En la vuelta 9, la caja de cambios de Checo Pérez dijo basta, culminando así un fin de semana terrible para el mexicano.

El VSC producido por el DNF del de Guadalajara provocó que Red Bull metiese a Max a cambiar los neumáticos.

De esta manera, Sainz lideraba la carrera e imprimió un ritmo muy bueno para tratar de salir cerca de Verstappen cuando lo llamaran a cambiar las ruedas. Otro VSC le dio la oportunidad de no perder mucho tiempo con el holandés al colocar los neumáticos duros y salió del pit lane a 9 segundos del líder de la escudería de la bebida energética.

Ya llegado el ecuador de la carrera, Sainz con neumáticos nuevos comenzaba a ganarle terreno al Red Bull, que lideraba, pero sufría en pista ya que tenía ruedas muy desgastadas.

Los austriacos llamaron de nuevo al holandés a boxes y nada más salir, Max comenzó a volar, recortando muchísimo tiempo en muy pocas vueltas al estar los neumáticos del madrileño en peor estado.

Si Ferrari quería tener opciones de ganar, necesitaba que saliese un safety car para que no se perdiera tanto tiempo en la parada.

Y de alguna manera, las plegarias de los italianos fueron respondidas cuando Tsunoda chocó contra las protecciones de la curva 2 al salir de la calle de boxes.

Sainz entraría a los pits con la idea de que la relanzada de la carrera sería con el campeón del mundo justo delante de él y que tenía tiempo suficiente para atacarle y lograr su primera victoria en Fórmula 1.

Con la bandera verde, los dos contrincantes empezaron a incrementar el ritmo, dejando atrás a todos sus perseguidores marcando tiempos muy rápidos. El Ferrari iba pegado al Red Bull, los mecánicos en los garajes no podían apartar la vista de las pantallas, un solo error de Max y Carlos le robaría la posición.

Imagen
Red Bull Racing

Sin embargo, Verstappen es mucho Verstappen y no cometió ningún fallo que permitiese al de Ferrari superarlo. La base de su defensa era la distancia que lograba conseguir el neerlandés en la última curva antes de la larga recta del tercer sector, esas décimas ganadas y la velocidad punta del Red Bull hacían muy difícil que el español completase la maniobra.

Finalmente, a pesar de haber estado pegado detrás del líder durante más de diez vueltas y de haber marcado la vuelta rápida de la carrera. Sainz se conformaría con un segundo lugar en una gran carrera por su parte, pero que sería insuficiente para superar a un Verstappen en estado de gracia.

El podio lo completaría Hamilton tras una magistral conducción por un circuito que le encanta, mostrando así que el Mercedes ha dado pasos en la buena dirección.

Por supuesto, la increíble remontada de Leclerc no ha pasado inadvertida, desde la penúltima hasta la quinta posición. Una buena carrera de supervivencia que le permite ganar unos puntos valiosos para el mundial y que hacen que Max no se despegue tanto en la general, quedándose 49 puntos por encima del monegasco.

Si hay una cosa cierta, es que en esta competición todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Ya lo vimos el año pasado, donde la respetuosa rivalidad entre Verstappen y Hamilton se convirtió en una guerra total por el campeonato. En dos semanas volveremos a donde todo comenzó el año pasado, Red Bull y Ferrari han mantenido una amistosa rivalidad en lo que llevamos de año, pero el mundial está abierto y aún faltan muchas cartas por revelar.

El Gran Premio de Gran Bretaña, cuna de la Fórmula 1, dará la bienvenida de vuelta a casa a su hija predilecta. Y desde luego, el Circuito de Silverstone será un fantástico patio de juegos para los contendientes de este campeonato.

¿Estallará la guerra o se mantendrá esta tensa cordialidad?

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